Nostalgia.

Se supone que iba a publicar otra entrada primero, pero el desánimo me ha ganado en los últimos días. Tenía ganas de escribir, así que nuevamente recurro al blog.

Realmente no tengo definido qué escribir, simplemente quiero ir escribiendo y soltar pensamientos, y es que me terminan carcomiendo, generándome ansiedad. Esta semana mi ánimo se fue abajo de forma increíble, pero sé que debo ser responsable al dejarme sentirlo e ir de a poco, a mi ritmo para funcionar. Pequeñas cosas me traen alegría a mi día a día, decorar mi pieza es una de ellas. Hace poquito recibí unas fotos de María (@verymerii), las coloqué en mi pared y una la dejé en mi escritorio para poder verla más cerca. Un pequeño pedazo de Japón en mi espacio de trabajo y a la vez personal.

La nostalgia me ha pegado muy fuerte en esta cuarentena. He disfrutado muchísimo al volver a ver y/o escuchar cosas del pasado, especialmente de mi infancia/adolescencia. Me he visto las películas de Naruto y me he reído un montón, estoy con maratón de Naruto Shippuden viendo por primera vez algunas escenas (fui más fan del manga que del anime) y escuchando los opening/endings de varios animes. También bandas japonesas que escuchaba en ese tiempo, como Aqua Timez. Me genera mucha tranquilidad el escucharlos. Es increíble pensar que a mis 9 años conocí por primera vez Naruto gracias a mi mejor amiga y me volví muy muy fan de ello. Me marcó muchísimo, pues fue el principio de mi amor hacia las series de anime, la música japonesa/coreana y la ilustración.

Y aunque me gustaría tan sólo recordar las cosas felices, también termino recordando las cosas tristes. Llegar a Temuco (a los 8 años) fue todo un cambio para mí, tener nuevos compañeros, un clima frío y lluvioso, un cambio de estudio, etc. Sin duda me volví muy introvertida en esta ciudad, y es que aquí comenzó toda la ansiedad que me ha acompañado durante mi vida. Mis compañeros eran muy diferentes a los de Santiago, sufrí mucho. Me molestaban mucho. Pero el anime era algo que disfrutaba un montón, adoraba ver Naruto, conseguir cualquier cosa relacionada a ello. Y dibujar. Fue mi escapatoria y mi pasatiempo favorito, dibujé muchas veces a los personajes, especialmente a Sakura (amaba a Sasuke, pero se me daba fatal dibujarlo haha).

Es lindo ver cosas del pasado, pero la nostalgia es muy peligrosa, ya que hace pensar que cualquier cosa del pasado fue mejor y muchas veces no es así. La mente engaña mucho, y trato que no me suceda tanto.Tengo un baúl y una pequeña caja donde guardo "recuerdos": notas de amigas, notas de ex compañeros, regalos, objetos del pasado, etc. Mantengo un cd de An cafe (algo muy apreciado para mi yo adolescente), mi primer iPod, una bolita que me regaló mi Tata (no dejaba que nadie usara sus juguetes, pero nos daba permiso a nosotras y nos regaló unas canicas), una foto de mi perrita Princesa y entradas de conciertos: An Cafe, el primero, donde le agradezco tanto tanto a mis papás por el permiso y el apoyo (tenía una relación muy mala con ellos en ese tiempo, no les gustaba que viese anime ni que escuchara música japonesa); JYJ, mi primer concierto de K-pop; SHINee, mi grupo favorito de k-pop, una oportunidad única donde pude ver a los cinco integrantes. Un hermoso recuerdo.

Hace tan sólo unos años decidí deshacerme de unos recuerdos de personas del pasado, de ex amigas, incluso tenía notas guardadas de la persona que generó el bullying. Es increíble que no lo hiciera antes, pero realmente me aferraba a cosas del pasado por muy negativas que fuesen. El bullying afecta de una manera muy extraña. La época escolar no la guardo con mucho cariño, creo que el único año que fue mi favorito fue cuarto medio, el último.

Revisando mis diarios, me doy cuenta que no lo disfruté tanto como pensaba. Fue un año donde tuve amigos cercanos, donde me dijeron cosas muy importantes para mí, pero mi inseguridad era muy grande. Es increíble leer lo que sentía, minimizaba todo, cuando en realidad estaba sufriendo de mucha ansiedad e inseguridad. Me sentía irritada, estaba a la defensiva, creía que en cualquier momento mis amigos me cambiarían, me abandonarían. Que en cualquier momento volvería a ocurrir el bullying. Era otro liceo, pero los fantasmas del pasado me afectaban mucho.

Al comenzar la cuarentena soñé mucho que volvía al colegio de forma obligada. Despertaba confundida, aliviada que no fuese real, pero la sensación era terrible. Soñaba con las personas que compartí durante años, de las cuales no guardo buenos recuerdos. En el mismo sueño tenía esa sensación que sentí al cambiarme de colegio: a pesar de haber sufrido de bullying, añoraba caerles bien. Haberles caído bien. Veía como todos compartían, como tenían fotos juntos (facebook), se hacían amigos. Y me sentía muy sola, porque comenzar en el nuevo liceo (en segundo medio) se me dificultó muchísimo. Me costaba socializar, sentirme normal. Tuve peleas. Realmente al leer mis diarios, me decía que debí actuar diferente, tal vez las cosas hubiesen sido menos complicadas. Pero es parte de crecer, vas adquiriendo madurez con el tiempo. Lo bueno es que ese tipo de sueños pararon, lo agradezco mucho, pero admito que ex compañeros me sigan en instagram no me ayuda mucho. Es una sensación extraña, realmente no quiero que me vean y me siento muy expuesta haha.

Pero lo lindo de leer mis diarios, es que encuentro buenos momentos, cosas que no recordaba. Lo bueno de la terapia es que me permitió soltar muchas cosas y trabajar en mí. Ahora recuerdo a mis ex amigos de buena forma, agradeciendo su tiempo conmigo y ser conciente del por qué esas amistades terminaron. Y me ayuda apreciar a las personas que tengo conmigo ahora. Me costó mucho sentir confianza con ellas, o a atreverme a ser su amiga en realidad. Tener fotos con ellas es un gran logro para mí, porque adoro las fotos y siento que nunca aprovecho esas oportunidades de guardar recuerdos. En el liceo logré tomar muchas fotos de mis compañeros y amigos, en mi año en la católica también lo logré, pero en Inacap (mi U) mi timidez fue extrema y muy pocas veces logré fotos. Pude adaptarme muy bien en lo académico, pero en lo social me fui abajo de forma extrema haha. Ahora miro para atrás y no debí estresarme tanto, pero nuevamente, la experiencia se va adquiriendo con el tiempo.

Extrañamente he sentido más confianza en cuarentena, tal vez por estar en mi zona de confort: estar en casa. Me da un poco de miedo que al volver a salir (si alguna vez pasa todo esto) me cueste socializar nuevamente, pero soy feliz de poder trabajar e ir avanzando en lo que me gusta. Pude enfocarme en trabajar en ilustraciones y logos, en mejorar mi tienda completamente. Admito que la adultez también me está pegando fuerte, donde termino pensando que necesito mucho dinero para lograr las cosas que quiero. O al menos ganar lo suficiente para ser independiente. Pero los pequeños pasos ayudan, así que trato de enfocarme en ello y sentirme agradecida, conforme con lo mío. Algunos días son más difíciles, otros, más fácil.

Creo que no tiene ningún sentido ni fin esta entrada, pero quería escribir. Mi semana no comenzó muy bien, hoy para colmo mi pc ha muerto (de forma momentánea) y me tiene muy frustrada. Terminé editando fotos en el celular, las pasé al notebook de Gemeli y comencé a escribir por aquí. También porque me siento culpable de tan sólo publicar cosas de mi tienda y patreon, no generando contenido por aquí ni en youtube. Les prometo que me estoy organizando para rendir en todo, pero la pandemia me ha enseñado a ir al ritmo de cada uno, sin presionarse. Espero que ustedes también descansen cuando lo necesiten, cuídense mucho. Y gracias por leer esta entrada sin sentido.

- Teffy.